Por los costos de la atención sanitaria en sus países de origen, son cada vez más los chilenos y habitantes de otras latitudes que vienen a Mendoza para hacerse tratamientos por alguna dolencia o para mejorar su apariencia. Pero no sólo llegan personas que planean su visita para poder someterse a un procedimiento médico, sino también otras que aprovechan su estadía para realizarse un retoque no invasivo.
El turismo médico es ese que combina el viaje a un destino donde el tratamiento o intervención que el paciente necesita -o quiere realizarse- es más accesible, con paseos y compras durante la convalecencia, acordes con las posibilidades de movimiento en cada caso. La estadía suele no ser menor a la semana. En cambio, los procedimientos estéticos no invasivos cuentan con la ventaja de que se puede combinar con una visita sin restricciones. Candela Carrasco, de Mafar, comentó que hace unos días fue al local del Barrio Bombal de Godoy Cruz una pareja de italianos que están visitando a unos amigos en la provincia y aprovecharon que aquí es invierno para hacerse una limpieza profunda del rostro.
Lo más habitual, detalló, es que lleguen chilenos que, además de comprar, eligen un tratamiento facial, ya sea con radio frecuencia que estimula la producción de colágeno y elastina, por lo que devuelve la tonicidad a la piel; o una exfoliación profunda con punta de diamante.
Carrasco señaló que le ha llamado la atención que en la sucursal del departamento de San Martín, en cambio, es más común que los turistas opten por masajes descontracturantes. De todos modos, allí cada año reciben la visita de un matrimonio de españoles que vacacionan en la provincia y aprovechan para adquirir paquetes para adelgazar.
Desde provincias vecinas Aunque hace apenas unos meses que Body House abrió en la calle Arístides Villanueva, Blanca Martín cuenta que unos pocos turistas europeos y algunos de otras provincias han acudido atraídos principalmente por la criolipólisis, que favorece la eliminación de grasas a partir de la aplicación de frío localizado. Este tratamiento, indicó, es muy costoso en Europa, por lo que si bien las sesiones -dos o tres en total- se deben realizar con 45 días de separación, al menos reducen aquí el costo de una de ellas.
Los visitantes foráneos también se interesan, ya que su precio es inferior, por la presoterapia o drenaje linfático, que es mucho más sencillo -no requiere de alta tecnología sino apenas de unas botas que se inflan y generan un masaje- y por el peeling (la eliminación de células muertas de la piel del rostro). Lucía Bravin, de Pura Vida Centro Integral de Salud y Estética, detalló que hace unos años recibían bastantes clientes de San Juan, San Luis y La Rioja, porque en estas provincias no había la tecnología para ciertos tratamientos no invasivos. Sin embargo, ahora sólo llegan personas de San Luis, quienes suelen inclinarse por la depilación definitiva con láser y el rejuvenecimiento facial o la reducción de la celulitis, la flaccidez y la adiposidad localizada con radio frecuencia.
En cuanto a los visitantes trasandinos, contó que han tenido consultas pero en general se interesan más por la liposucción. En cuando al público local, señaló que con el tiempo la gente ha comprobado que se pueden tener buenos resultados sin necesidad de cirugía y que el “boca en boca” es esencial para la difusión. El 70% son mujeres Aunque el turismo médico incluye las cirugías estéticas, hay quienes se refieren a turismo estético para aquel que incluye los tratamientos no invasivos. El mercado de este tipo de procedimientos genera 10 mil millones de pesos al año en Argentina.
Según dio a conocer la agencia Brand Partners, los clientes son generalmente profesionales o ejecutivos, 70% de ellos mujeres. Suelen gastar en promedio 2 mil dólares por cada tratamiento y se alojan en los hoteles 5 estrellas, además de consumir vinos y gastronomía de primer nivel.
La mayoría proviene de Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile, aunque también de Italia y algunos países de Medio Oriente, donde no existe oferta estética. Ricardo Ghigliazza, director general de Bioesthetics, indicó que estos turistas “buscan tratamientos específicos intensivos, que requieren una o dos sesiones. No vienen por mucho tiempo y quieren resultados efectivos”. Los más pedidos son un lifting no quirúrgico en cara, cuello y frente que demanda apenas una hora; y la crioterapia, que en sólo dos sesiones permite reducir hasta 8 centímetros de circunferencia abdominal.
Tomado de Los Andes
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